Ser Agradecidos

 “Bendice alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser tu santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es el quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoy tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.”  Salmo 103:1

Este Salmo dice algo muy importante que debemos aprender y es que hay que provocar que el alma bendiga a Dios, hay que darle algo para que se inspire y empiece a bendecir el nombre del Señor; y una de las cosas es darle recuerdos de lo que Dios ha hecho por nuestra vida.

La Biblia también nos dice que el Señor perdona todos nuestros pecados y todas nuestra iniquidades. ¿Has recibido el perdón de Dios? El perdón de Dios es una razón para que nuestra alma bendiga al Señor.

A veces ponemos en el olvido las cosas que Dios a ahecho por nosotros, cuando las tenemos que recordar continua y constantemente. Cuando te mires al espejo, recuérdele a tu alma los beneficios que haz recibido de Dios. Sólo de pensarlo, a mí alma le dan ganas de empezar a bendecir a Dios, de buscar un Salmo, de buscar palabras en algún rincón del corazón para decirle al Señor: “Gracias por esta oportunidad de hablar de tu palabra”.

Ninguno de nosotros merecía ser salvo, sin embargo Jesús nos salvo. Debemos bendecir el nombre de Dios por los pecados que nos ha perdonado. Ese es el amor de Dios expresado a nosotros. Debemos entender que Él es quien perdona todas nuestra iniquidades, es Él que sana todas nuestras dolencias, es el que rescata del hoyo tu vida. ¿Te ha rescatado de algún agujero el Señor? Dios sacó nuestra vida del hoyo; nos ha rescatado de muchas cosas. Dios les bendiga Amados hermanos

Que no roben tu bendición

Hermano Sergio Parada Jimenez

Yo y mi casa serviremos al Señor

Pastora Andrea Bizama Hernandez

No sufrirán la sana Doctrina

2da. Timoteo 4:3-4
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”

A través de la historia de la iglesia siempre ha habido quienes se han negado a amar la sana doctrina, a medida que se acerque el fin, esto empeorará.

Vemos hoy que muchos afirman que son creyentes, se congregan en iglesias, aparentan reverencia a Dios, pero no toleran la fe apostólica original del nuevo testamento, ni la exigencia Bíblica de separarse de la injusticia, en el futuro muchos apartaran de la verdad el oído y no toleraran la sana enseñanza Bíblica.

Quienes se aparten de la verdad desearan que la predicación contenga menos exigencias que las del verdadero evangelio. No aceptaran los pasajes de la palabra de Dios que tienen que ver con el arrepentimiento, el pecado, la condenación y la necesidad de santidad y de separación del mundo.

Esos supuestos creyentes no buscaran pastores que prediquen conforme a las normas de la palabra de Dios, sino que buscaran a aquellos que se conforman con sus deseos egoístas y mundanos. Escucharan a predicadores elocuentes que los entretengan y cuyos mensajes les aseguren que no dejaran de ser creyentes aunque vivan según la naturaleza pecaminosa.

El Espíritu Santo nos advierte a los creyentes que nos mantengamos fieles a Dios sometidos a su palabra. Además, manda a separarse de personas, iglesias e instituciones que nieguen el poder de Dios y que prediquen un evangelio que se adapta al mundo.

Como creyentes debemos ser fieles al evangelio de Jesús predicado en el Nuevo Testamento y fieles a los ministros de Dios que lo enseñan, al hacerlo nos aseguramos una comunión íntima con Dios y tiempos de bendición y descanso de parte del Señor. La verdad de la palabra escrita debe ser la norma de fe y conducta cristiana y rechazar cualquier falsa doctrina que se enseñe en la iglesia en estos últimos tiempos, algo que ya estamos viendo y de lo cual fuimos advertidos por el Apóstol Pablo en esta Carta escrita a Timoteo.

Dios les bendiga….!!!